Un recuerdo de agua
(2023)





Obra desarrollada en la residencia artística EJE CREA (Iznájar, Córdoba) y expuesto en Micla Espacio de Arte (Iznájar, Córdoba)

Recuerdo de agua profundiza en la representación de la memoria visual y oral que rodea al Pantano de Iznájar, cuyas aguas ocultan no solo las que fueron las tierras más fértiles y varias pedanías, sino también historias de éxodo forzado, violencia económica y trauma colectivo.

A partir de imágenes de diferentes fuentes, provenientes de archivos de hemeroteca, álbumes familiares y dibujos de los hermanos Virgilio y María Molina, y testimonios que narran una historia que va más allá de la simple construcción de una presa. Al sumergirse en estas imágenes reactualizadas, el proyecto destaca no solo la pérdida de tierras fértiles y aldeas enteras bajo las aguas, sino también la violencia económica y social que acompañó a este proceso.

El dibujo, como herramienta artística, se convierte en un medio de resistencia y memoria, recordando no solo la transformación física del paisaje sino también el trauma que estas aguas desencadenaron en la comunidad. En pleno régimen franquista, la construcción del pantano no solo fue una reconfiguración geográfica sino también un acto de violencia impregnado de la realidad social de la época.






Hogares, destierros y fosas comunes

Bajo las aguas del pantano yacen los hogares de El Remolino, San José y Huerta de la Granja. El desplazamiento forzoso y la reubicación de las personas afectadas por la construcción del pantano fue un proceso traumático y difícil que redujo a la mitad la población de Iznájar y destruyó las tierras más fértiles de la zona. Así mismo, el pantano esconde también las fosas comunes de decenas de víctimas de la violencia franquista que a día de hoy resultan imposibles de localizar.




Encrucijadas de factores

La violencia política y económica que subyace en la construcción del Pantano de Iznájar plantea cuestiones importantes sobre la relación entre el poder, la economía y la vulnerabilidad de las comunidades rurales frente a decisiones impulsadas por agentes externos. El Pantano de Iznájar es un recordatorio de que la historia de un lugar está tejida con múltiples hilos y que entender su complejidad requiere explorar tanto las narrativas económicas y las políticas como las humanas.